domingo, 6 de diciembre de 2009

: UNIDAD II:LA MODERNIDAD Y LA CONSTITUCIÓN HISTÓRICA

¿Qué entendemos por modernidad?

La época que, en Europa, sucedió a la Edad Media. En los países desarrollados, la modernidad entró prácticamente en la historia cuando Europa salió de esa era. La modernidad es originaria de una época envejecida en el transcurso de la Historia. Como concepto, tiene sus orígenes en los escritos del escritor latino Flavio Magno Aurelio Casiodoro (años 480-570 ó 575) Este escritor fue el primero en emplear la palabra modernus de modus en el sentido de lo que ha acontecido recientemente. Del latín fue tomada la palabra con la traducción de ‘moderno’ y con el sentido de ‘hace un momento, ahora mismo’ y, como adjetivo, con el significado de algo nuevo que entra en conflicto con lo antiguo. De la palabra ‘moderno’ derivó la palabra ‘modernidad’. En el siglo X, la palabra había sido objeto de controversias en las polémicas filosóficas y religiosas. Eduardo Valenti Fiol, al referirse a los elogios y reproches, comenta que, "(...) implica que los moderni son espíritus abiertos y antirrutinarios, que gustan estar al corriente de los últimos descubrimientos o de las teorías más nuevas, o bien se sobrentiende en él un velado reproche de ligereza y de aquel amor a la novedad. (...)" (15:21) Desde el siglo VI, existe conciencia de lo moderno como idea y, desde el siglo X, como fenómeno literario. Pero la modernidad, como fenómeno social, no apareció sino hasta algunos siglos después. Blas Matamoros dice que " (...) la modernidad puede entenderse como un plexo de valores que se organiza a partir del Renacimiento <> y se refuerza con la Ilustración (en el siglo XVIII)" (10:24) Entre esos valores, se afianzó en la racionalidad y la libertad con base en la ciencia y la técnica construida por el ser humano. En Europa, durante la época del Renacimiento, se manifestó en una nueva estructura social con grandes cambios científicos, políticos y técnicos. Sin embargo, en el último cuarto del siglo XVIII, ya revelaba su decadencia y anunciaba su fin: Como causas de este fenómeno, se menciona a las revoluciones francesas, las ideas de los escritores franceses Juan Jacobo Rousseau, Francisco María Arouet (Voltaire) y Carlos de Secondat (Barón de Montesquieu), la racionalidad de los enciclopedistas y de quienes opinaron que la presencia de la razón, en la Historia, conducía a la revolución y a la transformación de las estructuras sociales.
Fuente: monografía.com

BREVE ESBOZO HISTÓRICO.

El concepto de Modernidad designa, en principio, un determinado período cronológico que abarca los últimos cinco siglos. La presunción de que, a lo largo de esos siglos, pueden mantenerse ciertos rasgos como permanentes, indicaría el supuesto de la existencia de criterios no estrictamente cronológicos en vista a su definición y, por tanto, el recurso a caracteres de contenido y de tipo histórico. El concepto puede abordarse desde distintos puntos de vista, según consideraciones de tipo estético, filosófico, político, etc. En nuestra presentación lo tomaremos, ante todo, como un concepto histórico-filosófico, en la medida en que aparece como criterio caracterizador de una determinada época, a la vez que vinculado a rasgos de tipo normativo.
El concepto alcanza un uso cada vez mayor en la historia, la teoría de la historia y la filosofía de la historia, logrando rasgo canónico con el siglo XVIII. Surge al hilo de una nueva conciencia del tiempo histórico, por la que se distingue entre las edades Antigua, Media y Moderna (o Modernidad). Pronto, en el siglo XIX, se añadiría una Edad Contemporánea, referida a los tiempos novísimos. El momento de la ruptura con la Edad Media viene ejemplificado, según ópticas distintas, como Renacimiento o como Reforma.
La Semántica de los tiempos históricos, preconizada por R. Koselleck, ha investigado los principales rasgos históricos con que aparece la nueva temporalización, vinculada al concepto de Modernidad. Ante todo, lo cronológico o temporal adquiere un significado histórico propio. Así, los siglos (saecula) se comprenden como unidades coherentes y cargadas de sentido. Se impone el axioma de la irrepetibilidad, como lo expresa Herder: «No hay dos cosas en el mundo que tengan la misma medida del tiempo... Así pues (se puede decir verdadera y audazmente), en un tiempo del universo hay un número incalculable de tiempos»1.

La experiencia del progreso aparece como componente fundamental de la síntesis de espacio de experiencia y horizonte de expectativa en el concepto de Modernidad. Supone el recurso a un aspecto concreto desde el que poder organizar toda la historia; por ello los filósofos de la Ilustración proyectan desde el concepto la perspectiva de una historia total. Se trata de una experiencia arraigada en el conocimiento de lo anacrónico que sucede en un tiempo cronológicamente igual. «La diferencia en cuanto a la mejor organización o a la situación del desarrollo científico, técnico o económico, determinaba desde el siglo XVI cada vez más la experiencia histórica2».

Como canon del conocimiento histórico se erige la teoría de la perspectiva histórica subjetiva. En consecuencia, se proponen nuevas y variadas lecturas del pasado. La unión de la reflexión histórica con la conciencia del movimiento del progreso, permitió resaltar el propio período moderno, en comparación con los precedentes. «También la diferencia tajante entre el tiempo propio y el futuro, entre la experiencia precedente y la expectativa del porvenir, impregnó el tiempo nuevo de la historia»3. El propio tiempo aparece como tiempo de transición, no como final o principio. Hay un cambio de los ritmos temporales de la experiencia: la aceleración, en virtud de la cual se diferencia el tiempo propio del precedente. Humboldt lo expresó así: «Quien compare, aunque sea con poca atención, el estado actual de las cosas con el de hace quince o veinte años, no negará que reina en él una desigualdad mayor que en el doble espacio de tiempo a principios de este siglo»4.
Por último, se impone una temporalización que entrelaza continuamente las dimensiones del presente, pasado y futuro. Surgen las teorías y las filosofías de la /historia. El componente espacial se universaliza. En el componente temporal se incluye el futuro potencial. Con la experiencia de la simultaneidad de lo anacrónico se desarrolla una historiografía (Droysen, L. von Stein, Marx) que saca su impulso de un futuro en el que se intenta influir en función de sus diagnósticos históricos.
A. Prior Olmos
NOTAS:
1 J. G. HERDER, recogido en R. KOSELLECK, 1993, 309. –
2 ID, 310. –
3 ID, 314. –
4 ID.


SIETE CARACTERÍSTICAS DE LA POESÍA MODERNA
Camilo Fernández Cozman

1. La primera característica que podemos enunciar es que la poesía moderna (desde Charles Baudelaire hasta nuestros días) no tiene un espíritu didáctico, es decir, poemarios como Las flores del mal o Trilce no poseen como uno de sus objetivos centrales enseñar valores o actitudes al lector. En ese sentido, se aleja del principio de Horacio de unir lo agradable a lo útil[1] para propugnar una escritura sugerente que jamás subestima la capacidad interpretativa del lector.
2. Un segundo rasgo constituye el hecho de que el poeta moderno es siempre un operador de lenguaje y, en consecuencia, manifiesta una actitud crítica. Vale decir, al manipular el lenguaje el poeta revela una conciencia crítica en relación con la relectura de la tradición literaria. Esta particularidad que ya había aparecido anteriormente (por ejemplo, en la literatura de la Edad de Oro con Góngora o Quevedo), se intensifica en el contexto de la modernidad. En otras palabras, el poema moderno está hecho con palabras dispuestas en un orden determinado y no tanto con ideas; por eso, el texto poético no admite una paráfrasis empobrecedora sino una lectura que ponga de relieve la autonomía del discurso literario.
3. Una tercera particularidad radica en el papel del significante en la poesía moderna. Allí, el significante tiene una cierta autonomía en relación con el significado, fenómeno que se evidencia en las jitanjáforas, en los caligramas o en los poemas donde el componente fonológico adquiere importancia sin remitir directamente a un determinado significado. En algunos casos, los poetas crean nuevos significantes: "altazor", "trilce", por ejemplo. Así se cuestiona una racionalidad utilitarista que reduce el lenguaje al de mero instrumento comunicativo y que empobrece, por lo tanto, su riqueza fonológica o expresiva.
4. Este trabajo con el significante nos lleva a una cuarta característica: la especialización, en el ámbito de la modernidad, del trabajo del creador. No cabe duda de que hay muy importantes antecedentes: Góngora, verbigracia, era un especialista y conocedor de su arte. Sin embargo, la modernidad implicó un sostenido proceso de especialización del trabajo que influyó en el campo de la poesía. El poeta se convierte en un especialista, pues domina el ritmo, la métrica, la disposición gráfica, la prosodia, etc. Rubén Darío y Stéphane Mallarmé son ejemplos muy
claros de este proceso.
5. El quinto rasgo se puede expresar de la siguiente forma: hay una tendencia al cruce de géneros y de estructuras en la poesía moderna. Tenemos poesía "teatral" (T.S. Eliot), poemas en prosa (Rimbaud), poesía polifónica (Pound, poetas beatniks), caligramas (Apollinaire, Huidobro), escritura prosaísta (grupo Hora Zero en el Perú), poemas elaborados a partir de un collage de citas ("En defensa de César Vallejo y los poetas jóvenes", de Antonio Cisneros [2]), textos cercanos al panfleto político-partidario (Canto general, de Neruda), entre otras
posibilidades.
6. La sexta particularidad la tomamos de Estructura de la lírica moderna, de Hugo Friedrich. En efecto, él habla de la disonancia de la poesía moderna [3]. En otras palabras, el poema en el contexto de la modernidad manifiesta una cierta tendencia al hermetismo (Rimbaud, MallarméVallejo, Eguren, Adán, por ejemplo) y a la oscuridad deliberada. Disonancia quiere decir, en este caso, que se une el hechizo a lo ininteligible. Por consiguiente, el texto poético gusta y "hechiza" al lector, pero este último no puede fácilmente descifrar el sentido del mismo. Pareciera que la significación del poema se escapara y se resistiera al proceso de desambiguación.
7. La séptima característica ha sido sugerida por Umberto Eco[4] y consiste en que el poema moderno formula la poética de la obra abierta porque presupone un lector activo que construya la significación discursiva y sea un libre ejecutante que llene los vacíos dejados por el texto poético. El poema moderno no es una obra cerrada sino que posibilita que el lector se auto asuma "como un sujeto que realiza una improvisación creadora de 'infinitas' posibilidades de significación"[5]. Indudablemente, estas siete características no se cumplen en todos los poetas desde Baudelaire hasta nuestros días, pero pueden servir de punto de partida o de hipótesis para una reflexión sobre la poesía moderna.

LA NARRATIVA MODERNA

La apertura del siglo XX acarreó cambios que inquietarían a la vida diaria de las personas y también de la novela. El comienzo del psicoanálisis, el raciocinio de Wittgenstein y Russell, del relativismo y los adelantos de la lingüística inducen que la técnica narrativa pretenda igualmente ajustarse a una nueva época. Por otro lado, la conmoción de las dos guerras mundiales y las vanguardias en las artes plásticas, influyeron en la forma escritural de la novela.

CARACTERISTICAS

  1. La influencia del psicoanálisis en la novela moderna. A finales del siglo XIX, la novela buscaba desarrollar un análisis psicológico de sus personajes. Henry James introdujo un aspecto suplementario que se tornaría central en el estudio de la historia de la novela: el estilo se convierte en el mejor medio para reflejar el universo psicológico de los personajes. El deseo de aproximarse más a la vida interior de éstos hace que se desarrolle la técnica del monólogo interior, como ejemplifican el Ulises de James Joyce (1922)
  2. En En el siglo XX se retorna al realismo, con la novela vienesa, con la que se buscaba recuperar el proyecto realista de Balzac de construir una novela polifónica que reflejara todos los aspectos de una época. Se puede encontrar en algunas novelas, pasajes de reflexión y comentarios filosóficos. En la tercera parte de Los sonámbulos, Broch alarga la perspectiva de la novela mediante la yuxtaposición de diferentes estilos: narrativa, reflexión, autobiografía, entre otras. estos aspectos realistas se pueden evidenciar, en la exposición de problemas de nuestro tiempo, la guerra y la crisis espiritual en el caso de los escritores europeos.
  3. La búsqueda y la experimentación son otros dos factores de la novela en este siglo. Ya a comienzos, y quizá antes, nace la novela experimental. En este momento la novela era un género conocido y respetado, al menos en sus expresiones más elevadas (los "clásicos") y con el nuevo siglo muestra un giro hacia la relatividad y la individualidad: la trama a menudo desaparece, no existe necesariamente una relación entre la representación espacial con el ambiente, la andadura cronológica se sustituye por una disolución del curso del tiempo y nace una nueva relación entre el tiempo y la trama.
  4. La concepción de la novela como un universo encuentra su fin. En cierta manera es también una continuación de la novela de análisis psicológico. En las novelas En busca del tiempo perdido de Marcel Proust y el Ulises de James Joyce, tienen la particularidad de proponer una visión original del tiempo: el tiempo cíclico de la memoria en Proust, el tiempo de un solo día dilatado infinitamente de Joyce. En este sentido, estas novelas marcan una ruptura con la concepción tradicional del tiempo en la novela, que estaba inspirado en la historia. En este sentido también podemos aproximar la obra de Joyce con la de la autora inglesa Virginia Woolf y el americano William Faulkner.
  5. Las historias se tornaron más personales, más irreales o más formales. El escritor se encuentra con un dilema fundamental, escribir, por un lado, de manera objetiva, y por el otro transmitir una experiencia personal y subjetiva. Es por esto que la novela de principios del siglo XX se ve dominada por la angustia y la duda. La novela existencialista de la que se considera a Søren Kierkegaard como su precursor inmediato con novelas como Diario de un seductor es un claro ejemplo de esto.
  6. Otro de los aspectos novedosos de la literatura de comienzos de siglo es la novela corta caracterizada por una imaginación sombría y grotesca, como es el caso de las novelas de Franz Kafka, también de corte existencialista, como El proceso o La metamorfosis
  7. La dimensión trágica de la historia del siglo XX se encuentra largamente reflejada en la literatura de la época. Las narraciones o testimonios de aquellos que combatieron en ambas guerras mundiales, los exiliados y los que escaparon de un campo de concentración trataron de abordar esa experiencia trágica y de grabarla para siempre en la memoria de la humanidad
  8. También en el siglo XX, aparece la distopía o antiutopía. En estas novelas la dimensión política es esencial, y describen un mundo dejado a la arbitrariedad de una dictadura. Entre las obras más notables se encuentran El proceso de Franz Kafka, 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley, y Nosotros de Yevgeni Zamiatin.

LA NOVELA POLICÍACA

La novela policíaca moderna, también llamada novela detectivesca o novela policial, pertenece al género narrativo y nació en el siglo XIX. Mediante la observación, el análisis y la deducción se intenta resolver un enigma, normalmente un crimen, para encontrar al autor y su móvil. Muchos la consideran literatura de evasión. En la novela policíaca el detective nunca fracasa, es decir, siempre obtendremos al final las respuestas a los interrogantes sembrados en sus páginas. Nunca hablan de crímenes perfectos. El lector suele identificarse con el investigador y vive en primera persona las pesquisas que reconstruyen el crimen hasta dar con el asesino. El relato policial es netamente urbano y nació a la vez que los cuerpos de seguridad en las ciudades europeas y norteamericanas a comienzos del siglo XIX. Se considera a Edgar Allan Poe el padre de la novela policíaca, que inició con su relato de 1841, Los crímenes de la calle Morgue. A este siguieron El misterio de Marie Rogêt (1842), La carta robada (1843) y El escarabajo de oro (1844). A Poe debemos el primer detective literario, Auguste Dupin, que sirvió de inspiración al celebérrimo Sherlock Holmes. La narrativa policial tiene tres momentos:

  • En sus comienzos, el interés se centraba en el argumento, en tanto que la trama se aclaraba mediante el método deductivo. Así se cultivó hasta 1930.
  • Más tarde, el centro de interés varió hacia la explicación psicológica de los hechos y en el comportamiento de los personajes.
  • Desde hace algunas décadas, el estilo es mucho más realista y violento. Los crímenes tienen razones concretas; la trama mezcla intriga, espionaje, violencia e incluso sexo, y las innovaciones científicas están al día.

CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA POLICIACA

La mayoría de novelas policíacas tienen ciertos rasgos comunes, características que plasmó desde un principio Edgar Allan Poe, que más tarde perfeccionaría Arthur Conan Doyle y que el resto de escritores han seguido:

1. Cuenta conel planteo enigmático de un crimen y da diferentes pistas para que el personaje infaltable -el detective- pueda resolverlo mediante deducciones que se plantean paralelamente al lector.

  1. El detective o investigador suele ser una persona culta, observadora, muy inteligente y, en ocasiones, amante de la ciencia.
  2. En toda investigación se sigue el método científico: observación, análisis, deducción.

4. En la introducción suelen indicar el tiempo, el lugar de la historia y personajes (normalmente un detective, un ayudante de este, una víctima y los sospechosos). Se basa en la pura comprensión intelectual.

5. El desarrollo se constituye por los intentos de solucionar el enigma planteado que debe resolverse de algún modo. Es el proceso de investigación del crimen mediante las preguntas ¿Quién lo hizo? Y ¿Por qué?

6. En cuanto a la estructura, habitualmente es un relato que se hace al revés de la narrativa tradicional. Al comienzo se presenta el enigma que debe ser resuelto al final. El tiempo para aclarar el misterio procede en dos sentidos: mientras avanza la investigación (futuro) tratando de resolver el enigma (pasado).

7. Por último en el desenlace, en el conflicto se logra un nuevo equilibrio en la situación

8. El ambiente es por lo general urbano. En los primeros relatos el crimen ocurría en espacios interiores, en cuartos cerrados, es otro movimiento fundador del género. El sujeto amenazado ni siquiera está seguro en el lugar más privado pasible: su propio cuarto. En la actualidad, la violencia se desata en las calles, ante la sorpresa o indiferencia de los posibles testigos.

9. Hablando de la trama, la acción brinda el mayor suspenso. Deja siempre un hilo o eslabón por resolver. Con rigor deductivo, el investigador y el lector desentrañan el enigma al reunir esos hilos en el desenlace, como ya se ha dicho anteriormente.

10. Hay una solución inesperada, a la cual se llega al final. Es un relato hecho para que el lector participe en desentrañar el misterio; ingresa en el mismo como un investigador más.

LA NOVELA NEGRA

La novela negra es, como la definió Raymond Chandler en su libro El simple arte de matar, la novela del mundo profesional del crimen. Debe su nombre a dos factores: a que originalmente fue publicada en la revista Black Mask de Estados Unidos y en la colección Série Noire francesa, así como a los ambientes "oscuros" que logra. El término se asocia a un tipo de novela policíaca en la que la resolución del misterio no es en sí el objetivo principal; que es habitualmente muy violenta y las divisiones entre el bien y el mal están bastante difuminadas. La mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados, en decadencia, que buscan encontrar la verdad (o por lo menos algún atisbo de verdad).

Los padres del género son:

  • Dashiell Hammett : Detectives Sam Spade, el hombre delgado y el agente de la Continental. Escribió cinco novelas: Cosecha Roja, El halcón maltés, La maldición de los Dain, El hombre delgado y La llave de cristal. Sus relatos (publicados en la revista Black Mask en los años veinte) han sido recogidos bajo el título genérico de El detective de la Continental. También se ha publicado en español bajo los títulos Dinero sangriento y El gran golpe. Fue el primer escritor de novelas policíacas que tuvo en cuenta el estrato social donde más se generaba el crimen, en los bajos fondos, que conocía bien por haber sido detective privado de la agencia Pinkerton. Su estilo es lacónico, impresionista.
  • Raymond Chandler: su detective principal es Philip Marlowe, llevado al cine por Bogart y Robert Mitchum, entre otros. Es el protagonista de El sueño eterno, Adiós, muñeca, El largo adiós y La ventana siniestra (o La ventana alta), La dama del lago, Playback y La hermana menor (o La hermana pequeña). En sus relatos, publicados en su mayoría en la Dime Detective Magazine, aparecieron otros detectives, John Dalmas y John Evans, que al mezclarse dieron como resultado a Phillip Marlowe. Se caracteriza por un estilo muy elaborado e irónico, de frase ingeniosa y ácida.

Actualmente existen cuatro tipos de novela negra

  • Novela de acción con el detective como protagonista.
  • Novela desde el punto de vista del criminal.
  • Novela desde el punto de vista de la víctima.
  • Novela desde el punto de vista del juez dictador

CARACTERÍSTICAS

1. Este tipo de relato presenta una atmósfera asfixiante, miedo, violencia, falta de justicia, corrupción del poder e inseguridad.

2. Nace en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, como una variante de las historias policíacas, y difundida en revistas.

3. La novela negra agrega la violencia a las características del género policiaco. las divisiones entre el bien y el mal están bastante difuminadas.

4. Los protagonistas son individuos derrotados, en decadencia, que buscan encontrar la verdad.

5. Los crímenes se basan en las debilidades humanas como la rabia, ansias de poder, envidia, odio, avaricia, pasiones.

6. Por esta razón aparece un lenguaje más crudo, donde se le da más importancia a la acción que al análisis del crimen.

7. En este tipo de relato importa más la descripción de la sociedad donde nacen los criminales y la reflexión sobre el deterioro ético.



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